martes, 26 de mayo de 2009

Hiemis


Frío, poco sol. A la próxima estación se le echan muchas culpas. Parece que a algunos nos hace decaer un poco que los días sean mas cortos, que lo que se ve en el exterior sea un cuadro de tristeza, ahogo, final...
Puede que a veces me repercuta en algo positivo, ayuda a pensar, reflexionar, pero siempre caigo en la melancolia, en el impedimiento. Es como si la fachada que pinta el clima contagia en mi mente. Como si las hojas que se desprenden de los árboles fueran un signo de debilidad. Sé que no lo es, pero asi lo siento.
Trato de encontrar la chispa de la alegría en cada paso, o con el crujir de cada hoja que piso.
Cada año es un nuevo desafío sobrellevar esta época, ganarle a la tentación de quedarme, de abandonar.
No quiero pensar en claudicar por debilidad, comodidad.
Manos y pies fríos, labios cortados, parece que todo se confabulara en mi contra.
Pero creo que lo que realmente vale es perseverar, es volver a intentar. Y si en vez de frío, fueran problemas, y demás cuestiones, lo importante es la actitud que uno tome frente a ellos, de eso se trata. Para cada quien su vida y sus cosas son un mundo, para algunos (como yo) se representa con el invierno, para otros la lluvia, en fin. Es la inteligencia con que sepamos asimilar cada cosa.
Ahora trato de cambiar mi actitud ante lo que acontece. Y si el invierno viene frío, yo siempre voy a estar más cubierta.